Generaciones- RESIDENCIA VALDÁLIGA


 ¡Qué día tan especial hemos vivido ayer en la residencia Valdaliga! Ya se lo habíamos

avisado a nuestros residentes (la casa se nos llenará de criaturas maravillosas con mucha

energía y muchas ganas de saberlo todo), pero nunca pensamos que la jornada fuera a resultar

tan positiva para todos.

La propuesta, en un principio, parecía una locura, “Vamos a hacer un encuentro entre

hijos e hijas de trabajadoras y residentes”, ¡que apuesta tan arriesgada! Pero ya sabéis que, en

esta casa, hay más magia que canas, y, una vez más, entre todas las personas que formamos

parte de esta gran familia, lo hicimos posible.

A las 10 de la mañana ya estaban aquí todos nuestros invitados, con edades entre unos

pocos meses y 13 años, llegaron para romper nuestra rutina, hacernos jugar, reír, recordar…

Como buenos anfitriones les dimos la bienvenida y les enseñamos nuestra casa, el

salón, la sala de actividades, el gimnasio, la enfermería, el comedor, las habitaciones… sin

duda, lo que más llamo la atención fueron los timbres de las habitaciones.

Cuando empezaron las actividades, nos dimos cuenta de que hay cosas que nunca

pasan de moda, todos, mayores y pequeños, cantamos “a la zapatilla por detrás tris tras”,

lógicamente el juego se había adaptado para que todos pudiéramos participar.

Llega el momento de reponer fuerzas, esta vez en el aperitivo, además de la tortilla las

aceitunas y empanadas había otras cosas a las que no estamos tan acostumbrados, gusanitos,

jumper, patatas…

Para hacer la digestión, algo tranquilito y que tampoco pasa de moda, “un, dos, tres,

escondite inglés”, aquí poco a poco, y cada uno como buenamente podía, avanzamos hasta la

meta.

Nos quedaron cosas por hacer, pero nuestras expectativas quedaron más que

cumplidas. El intercambio efectivo de afecto fue brutal, se generaron momentos que

prevalecerán en la memoria de los participantes, los pequeños descubrieron algunas cosas

sobre los mayores, y lo mayores disfrutaron tanto que, incluso, decidieron jugar a cosas de

niños.

Agradecimiento a todas las personas que han hecho que el día de ayer fuera posible, a

las trabajadoras y sus familias por traer a los peques, a los residentes por participar en estas

“locuras”, al personal por colaborar y facilitar, y a los niños y las niñas por sus sonrisas, por sus

carreras, por lumias, por sus “y tu ¿Por qué vas en silla de ruedas?” por compartir y hacernos

recordar. Sira, Samantha, Julieta, Berta, Ivet, Julia, Raiko, Alicia, Sheila e Iria, Muchas gracias

por ser como sois os esperamos para la próxima.

Ya lo cantaba Silvio Rodríguez en “Generaciones”:

Un viejo y un niño desnudos se ven

jugando en la arena en la orilla del mar

el viejo es muy viejo y su barba es azul

el niño es muy niño su risa está intacta aún

y juegas al mundo, a la historia, a la vida

común común

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