MARZO FLORIDO SEAS BIENVENIDO
Como nos gusta
el mes de marzo en la residencia Váldaliga, la primavera, las flores, las
primeras tardes del año al sol, más flores, alguna tormenta… y, además ¡todos
nuestros marceros favoritos!
Y como la tradición
manda, en Cantabria las marzas empiezan el día 1.
Aquel primer
viernes de marzo, a las 11.30 de la mañana, justo después de la misa, se volvió
a obrar el milagro y una oleada de montañesucos y montañesucas empezaros a
entrar por la portilla. Desde dentro solo podíamos ver pañuelos rojos, camisas
de cuadros, faldas por las rodillas, campanos, panderetas y un baúl de mimbre.
Como ya se está haciendo costumbre, aquellos montañesucos y montañesucas, que
llegaron desde el CEIP Valdáliga nos cantaron las marzas a cambio de alimentos
para las familias de en riesgo de exclusión social por motivos económicos de la
comarca. Todos cumplimos nuestra labor con creces, los marceros cantaron mejor
que nunca, los residentes disfrutaron como niños, y el baúl se llenó de comida
junto con dos cajas más.
Muchas gracias
al CEIP Valdáliga por vuestro programa “MARZAS POR MERIENDAS”. Siempre será un
placer participar porque si existe alguna posibilidad de juntar África con
América será remando en la misma dirección, y en esta residencia remar se nos
da de maravilla.
Unos días
después nuestros grandes amigos “El coro ronda Salines” volvieron a deleitarnos
con uno de sus grandes dones. No encanta que estos chavales vengan a hacernos
pasar un rato tan ameno, ¡Como nos conoces, que siempre nos dan lo que más nos
gusta! Cada vez que vienen convierten la jornada en un momento de encuentros,
saludos y abrazos. Ya sabéis que por aquí os queremos tanto como en vuestras
casas. Solo queremos pediros un favor: nunca dejéis de pensar en nosotros
porque siempre contaremos con vosotros.
Una vez más
mil gracias a todas las personas que hacéis posible que podamos pasar estos
ratos; al cole de Valdaliga (alumnos, docentes y familias) al Coro Ronda
Salines (Y a alguna nieta que nos echa una mano con el cartel) a los familiares
que nos acompaña y a todo el personal de la residencia, que siempre echa una
mano para que todo salga bien.
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